¿Un chocolate para endulzar la vida?

¿Cuándo estuviste satisfecha con tu cuerpo? Toda su angustia sofocada en chocolate le pasaba factura. Su cuerpo estaba destrozado, pero no más que su alma. Ha mucho ella no si miraba verdaderamente en el espejo, pero cuando veía la sombra de lo que fuera un día, se asustaba y volvía a cejar los ojos con toda su fuerza. La simple pregunta hizo revolcar todo su interior. Nunca había sido feliz con su cuerpo. ¿Culpar la madre o el padre jugando a Freud? ¿Culpar los medios de comunicación? ¡Eso no sería la solución, nadie era culpable de sus problemas y frustraciones!

Muchas eran las cosas que ocurrían y robaban su felicidad. Ella, por su vez, entregaba sin contestaciones lo mejor de sí: su sonrisa, como si no la mereciera. Los sentimientos dentro de si se revolcaban. Otra vez tenía la sensación que este cuerpo que habitaba ya no era apropiado para ella. Es como si ocupara un cuerpo equivocado, tenía ganas de irse de allí, de esta cara, de este cuerpo, de estas piernas y estos brazos. Por eso empezó a cambiar, empezó con el color de sus uñas, después el color de su pelo, ¡pero se sentía fatal! Parecía buscar algo que no existía dentro de sí.

Las cosas pasaban, transcurrían y ella estaba paralizada en el medio del camino. Tenía la sensación de haber vestido la ropa al revés, quizás había vestido la propia vida al revés. Todo venía en dirección contraria y la atropellaba, no conseguía cruzar la avenida de la desesperanza. Los coches de soledad, de desánimo, de angustia la impedían de cruzar la calle. Y el río que por tanto tiempo había represado dentro de sí, transbordara por una sola gota, una única pregunta: ¿Cuándo estuviste satisfecha con tu cuerpo?

Obs: As pinturas são de Botero.

2 comentários:

  1. Nunca compreendi realmente o que o mundo tem contra as gordas!!
    Eu cá, sempre quis ser gorda e nunca o havia conseguido. E encontrar conselhos nessas ordinárias revistas femininas era uma miragem, uma impossibilidade. Os títulos nas capas repetiam-se, invariável e enfadonhamente, em sentido oposto: "Como emagrecer", "Dieta sem sacrifício", "Este Verão tenha o corpo com que sempre sonhou" e "Blá, blá, blá"... A acompanhar tais títulos,também invariavelmente, lá aparecia a fotografia da magricela do costume: enfezada, pernas de alicate e sempe com aquele ar de quem se acha muito boa, muito apetecível (e não admira: há por aí muito cão que gosta de roer ossos!). Um dia, já farta, quando o meu 1,70 m de altura se sentia estrangulado por uns escassos 53 Kg, decidi "cambiar": procurei um médico, tomei umas drogas para aumentar o apetite e .."voila", passados escassos 4 meses consegui um feito quase inacreditável - cheguei aos 60 Kg!!! Já me imagino na praia, com a bochecha do rabo a espreitar por fora da calça do biquini! E gosto. Gosto muito! Mas para mim não chega: quero mais! Talvez os 67!!! :)

    ResponderExcluir
  2. Umas com tanto, outras com tão pouco! A vida é mesmo estranha. Boa sorte com a sua dieta de engorda!

    ResponderExcluir